Un Tesoro de la Patagonia
En Vardys, cada gota de miel cuenta una historia única, que comienza en los rincones más prístinos de la Patagonia chilena. Las abejas laboran en los bosques vírgenes que rodean el majestuoso volcán Puntiagudo, un entorno donde la naturaleza aún reina en su forma más pura.
Un Entorno Sin Igual
La miel Vardys nace en un lugar donde la civilización apenas ha dejado su huella. Aquí, las abejas viven libres de estrés y contaminantes, lejos del ruido y las interferencias de las antenas telefónicas. Este aislamiento natural, junto con la ausencia total de pesticidas, crea un santuario único para las abejas, permitiéndoles producir una miel que captura la esencia de este paisaje intacto.
Agua Pura, Sabores Puros
El agua cristalina de los deshielos que alimenta estos bosques es una de las fuentes de vida de las abejas. Esta agua pura, filtrada naturalmente por la tierra y la roca volcánica, se traduce en una miel de sabor inigualable, rica en nutrientes y con una textura que solo puede lograrse en un entorno tan especial.
Artesanía en Cada Frasco
La miel que recogemos en Vardys es cruda y cosechada en origen de forma artesanal. Este proceso cuidadoso y respetuoso con la naturaleza no solo preserva los sabores y nutrientes, sino que también asegura una calidad excepcional. El viaje de nuestra miel es tan singular como su origen; después de ser cosechada, atraviesa el imponente lago Todos los Santos en barcaza, un trayecto sereno y majestuoso, hasta llegar a nuestra planta de envasado. Este recorrido, que atraviesa paisajes vírgenes y aguas puras, añade un toque final de pureza y autenticidad a cada frasco.